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El papel de la economía colaborativa en la gestión de catástrofes. El caso de Airbnb

La plataforma de reserva de alojamientos turísticos ofrece a los anfitriones la posibilidad de acoger en sus casas a los afectados de desastres naturales cercanos, como los ocurridos este verano en EE.UU e Italia.

Uno de los principales objetivos de plataformas de economía colaborativa es poner en contacto a personas con intereses similares, como la compraventa de productos, encontrar u ofrecer alojamiento y transporte para las vacaciones... Pero estas plataformas pueden ir más allá. ¿Y si las utilizamos para fortalecer la ayuda humanitaria ante situaciones en riesgo, como una catástrofe natural?

Los anfitriones de Airbnb lo vieron claro hace cuatro años. Cuando el huracán Sandy azotó Nueva York en 2012, los propietarios de alojamientos turísticos presentes en la plataforma Airbnb ofrecieron su ayuda de forma inmediata poniendo sus casas a disposición de los afectados por el huracán. A partir de ahí, la principal plataforma de reserva de viviendas vacacionales a nivel mundial creó la iniciativa de respuesta a las catástrofes para fomentar que cualquier miembro de la comunidad Airbnb pueda ofrecer alojamientos de emergencia a los afectados por un desastre natural.

Tal y como afirman en su web, Airbnb fomentó la ayuda humanitaria ante 47 desastres naturales, lo que permitió activar más de 3.000 anuncios ofreciendo alojamientos a coste cero para los afectados y para los propietarios. La plataforma de economía colaborativa está en coordinación con las principales organizaciones gubernamentales y ONGs encargadas de ayudar a la población durante y después del desastre, lo que permite a Airbnb actuar con rapidez y proporcionar el tipo de ayuda que los afectados necesitan.

Economía colaborativa y la gestión de catástrofes. Airbnb

Un ejemplo ha sido la actuación de los anfitriones de Airbnb durante este mes de agosto en Estados Unidos e Italia. Más de 220 viviendas se pusieron a disposición de los afectados por las inundaciones en el estado de Louisiana, un desastre natural que dejó trece muertos y daños en más de 40.000 viviendas. En concreto, los anfitriones de zonas como Alexandria, Baton Rouge, Nueva Orleans y Lafayette, entre otras, ofrecían habitaciones y casas completas para los damnificados por las intensas lluvias que asolaron el estado del sur de Estados Unidos a mediados de agosto.

Y casi de forma paralela, Airbnb hacía un llamamiento a los propietarios de viviendas en California para dar cobijo a los afectados por los incendios que devastaron la zona de Lake Country y Cajon Pass. En total, más de 100 casas destruidas, alrededor de 7.000 personas evacuadas y más de 200.000 hectáreas demacradas por el fuego.

Europa no ha quedado libre de desastres naturales este verano. Durante el mes de agosto, un terremoto de magnitud 6 en la escala de Ritchter asoló la ciudad italiana de Amatrice, situada en el centro de Italia. Automáticamente, los afectados podían solicitar alojamiento de forma gratuita en más de 100 casas repartidas por las zonas cercanas a la catástrofe.